Víboras… I PADILLA VS ALFARO Y EL TIANGUIS

Los personajes han fijado cada uno por su lado sus posturas. Por un lado Enrique Alfaro Ramírez y por el otro aparece Raul Padilla López.

Por un lado, aparece el gobernador emecista no quiere dar su brazo a torcer y por el otro el aparentemente eterno líder de la universidad, la que tiene 33 años de dirigir, en forma discrecional, personalísima y patrimonialista.

La confrontación nace de 140 millones de pesos, que el mandatario Enrique Alfaro reorientó del financiamiento del Museo de Ciencias Ambientales de la UdeG, al Hospital Civil de Oriente, que está ubicado en Tonalá, que casualmente también pertenece a la universidad. Ese es el verdadero fondo del problema.

Pero para ese motivo están convocando a una marcha que partirá desde diferentes puntos de la ciudad de Guadalajara, para concentrar al mayor número de estudiantes en la “Plaza Liberación”, en pleno centro de la ciudad, a las 12 del mediodía.

Si se dan cuenta son los dos lideres más fuertes en Jalisco. Por supuesto, la convoca Ricardo Villanueva, pero quien está detrás de él, es nada menos que Raúl Padilla, “El Licenciado”.

Ni el presidente quiso intervenir en esta guerra. Cuando la periodista Susana Carreño le mencionó la megamarcha el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se tomó el barbijo y le paso el micrófono a Zoé Robledo, su director del IMSS.

Está visto que no quiere intervenir en ese pleito que es entre dos.

Hagan sus apuestas, si por el ex rector o por el gobernador.

Con más pena que gloria se inauguró el tianguis turístico, que este año tuvo lugar en la que fue su sede por muchos años: Acapulco, Guerrero.

Y digo lo anterior por muchas razones de las que expondré algunos detalles.

Hace no muchos años, 20 cuando mucho, andaba todo el mundo alborotado. Te decían: ¿vas a ir o no? Era tanta la emoción que despertaba en ti la curiosidad.

Todos los presidentes municipales acudieron a la cita, y cuando digo todos me refiero a todos.

Hoy en día eso ya provoca flojera o desánimo por asistir. Ya no es el entusiasmo de otros años por acudir al evento más importante de America latina.

No es por nada, pero sino estabas invitado o eras parte de una comitiva, no eras nadie. Bueno, así se decía por aquellos tiempos.

Era la oportunidad para lucir sus mejores galas, no eran convidados el vulgo. Las fiestas eran fastuosas.

Había eventos en toda la ciudad, bueno, en la orilla del mar. Las casas donde nos hospedaban eran reservadas con mucha anticipación. Eran de ensueño.

Hoy en día ha perdido todo ese encanto y magia que tenían. Por principio de cuentas los estands son la misma cosa, no son originales, por tanto dejaron de llamar la atención.