El día que conocí a Lenin Quintero, en la Ciudad de Tepic. Mi padre tenia que instalar un letrero adosado a la pared.
Sin embargo, Lenin (que en realidad se llamaba José Lucio Quintero Zúñiga) le recomendó que le permitiera hacerlo, a su manera, “como un auténtico rótulo”. Como no encontró oposición alguna, lo hizo.
Tenia un negocio de rótulos en la esquina de Allende y Prisciliano Sánchez, en pleno centro de la ciudad.
NO LE GUSTABA
No le gustaba que lo llamaran por su nombre, incluyendo su propia familia, “ya estaba acostumbrada al nombre de Lenin”, como el líder que en realidad sentía ser… todo un socialista.
¡NOOO, ASÍ NO!
Al finalizar el trabajo ordenado por mi padre, vio que había pintado –dentro del rótulo–, en medio de la “O” su característica firma: “la hoz y el martillo”, es un símbolo que representa la unión de los trabajadores, generalmente es usado para representar al comunismo.
–“Así noooo Lenin”, -Le reclamó mi padre.
–“Lo siento, es la firma del artista” -se disculpó.
ROTULISTA Y ACTIVISTA
Mi papá lo conocía como rotulista, pero también fue pintor de brocha gorda, activista social, escritor y miembro del Partido Comunista Mexicano (PCM), como el doctor José Luis David Alfaro, que en paz descanse y socio fundador de MERIDIANO. Por la cárcel fue que conoció el sabor de sus barrotes. Mi padre, Juan Sabino, mismo fue un ferrocarrilero, zapatero remendón y piloto de carreras, así que conocía a medio mundo y Lenin estaba incluido en su lista de personajes.
OBLIGADO POR
El establecimiento se vio obligado a cerrarlo, primordialmente porque su vista le fallaba y los huesos de sus articulaciones ya no le respondían.
FRENTE AL CONGRESO
En años recientes lo volví a encontrar, daba pena, a sus 86 años de edad todavía trabajaba, vendiendo dulces sobre una carretilla. Era todo un personaje, creo yo que el más icónico del centro de la ciudad. Vendía los dulces en la puerta del Congreso de Nayarit, allá por la avenida México, entre Allende y Morelos.
ICÓNICO “CHE GUEVARA”
Tenía una boina estilo “Che Guevara”, que siempre y en todo momento portaba. Además que se le asemejaba, todo un líder socialista. Vivía en ese mundo, el mundo de las ideas, soñó con Vladímir Ilich Uliánov, cuyo mote el mismo lo impuso para sí, con Joseph Stalin, con Karl Marx, en fin tantos y tantos que abrazaron y sintieron al socialismo.
SOCIALISMO VÍCTIMA
Lenin, a pesar de Cuba, de otros países que ya superaron el socialismo y que cayeron los muros, que sucumbieron por el voraz capitalismo, como la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hoy de nueva cuenta llamada Rusia.
LA ENTREVISTA
Al ser un personaje no escapaba a la vista de nadie, fue entrevistado: “Fui muy conocido como pintor, pero también como activista político. Pasaba con mi bandera gritando ‘gobierno farsante que mata a estudiantes”.
Y añade: “Estuve en la cárcel. Nosotros no luchábamos por privilegios ni por cargos ni por dinero. De esos abundan muchos y eso no es ser revolucionario, es ser ambicioso y ser falso”.
La lucha de Lenin siempre fue una sola: “Estábamos en el PCM, Partido Comunista Mexicano, ésa es mi ideología, el marxismo y el leninismo, luchar por liquidar el capitalismo y establecer un socialismo en donde todos trabajen para todos”. Reseñó en entrevista hecha por Nayaritas del Centenario, publicada y editada por el escritor Diego Enrique González Sandoval.
ANÉCDOTAS CARGADAS
Hay tantas historias para escribir sobre Lenin, que sería como escribir un libro cargado de anécdotas, entre lo serio y lo real. En cierta ocasión convocaron a una marcha, en la que gritaba: ¡Hasta la victoria!
Luego se les adelantó a los de la marcha y les dijo: “que no ven pendejos que era hasta la Victoria.” Y es que en Tepic, hacen cruce la Avenida México y Guadalupe Victoria.
Otra más, que parece charra, es cuando su padre estaba en su lecho de muerte que le dijo: “hijo, júrame que te vas a retirar del socialismo”, ante pmtan insolente propuesta, decía que no lo escuchaba, “no lo escucho papá… mande”.
CUANDO SU PADRE
Ante la momentánea sordera el papa murió y exclamó: “que decía mi papá”, a lo que le dijeron: “que le juraras que ya no ibas a ser socialista”, por lo qué Lenin en su estilo respondió: “ah que bueno que no lo escuche”.
EL DESCANSO DE UN CAMARADA
Apenas el pasado sábado falleció en su domicilio y elevamos una plegaria por su eterno descanso.
Lamentablemente murió en la soledad, como solo él pudo, sin amigos, nadie que lo acompañara. Por eso le rindo este pequeño homenaje al camarada.