¿HASTA DÓNDE ES EL «LÍMITE»?
Un reciente video viral de Natalia Montaño Ruelas, funcionaria del municipio de Puerto Vallarta, ha desatado una tormenta en redes sociales, generando críticas y comentarios negativos. La grabación, tomada durante un show del comediante Franco Escamilla en Tepic, Nayarit, muestra un intercambio que ha puesto en entredicho su labor como servidora pública.
EL SUSPIRO
En el video, al ser preguntada sobre sus responsabilidades en el Ayuntamiento de Puerto Vallarta, Natalia respondió con un suspiro y una actitud relajada, describiendo su trabajo como «tomar mucho, pasarla comiendo, cenando, desayunando». Incluso admitió desconocer la información de su gafete.
EL CONTEXTO DE HUMOR
Aunque estas declaraciones se dieron en un contexto de humor, no fueron bien recibidas por la audiencia virtual. Los usuarios de internet expresaron indignación y frustración ante lo que consideran una falta de compromiso y responsabilidad. Comentarios como «Natalia es el claro ejemplo de por qué el país está tan mal» y acusaciones de ser una «aviadora» inundaron las redes. La viralización del video subraya la creciente demanda ciudadana por transparencia y eficiencia en la gestión pública. Los ciudadanos exigen que los funcionarios rindan cuentas y demuestren un compromiso real con el servicio a la comunidad. El caso de Natalia Montaño Ruelas sirve como recordatorio de que las acciones y declaraciones de los servidores públicos, incluso en contextos informales, pueden tener un impacto significativo en la percepción pública de las instituciones gubernamentales.
LA RESPONSABILIDAD
Este incidente destaca la importancia de que los funcionarios sean conscientes de su rol como representantes del gobierno y actúen con responsabilidad y profesionalismo en todo momento. La confianza ciudadana es fundamental para el buen funcionamiento de una sociedad democrática, y es responsabilidad de los servidores públicos cultivarla y mantenerla a través de su conducta y desempeño laboral.
«MEA CULPA» Y LA DISCULPA PÚBLICA
Ante la controversia, Natalia Montaño Ruelas emitió un «mea culpa» en las redes sociales, reconociendo su error al no responder adecuadamente a Franco Escamilla y ofreciéndose a aclarar cualquier duda sobre su desempeño laboral.
UN VERDADERO DISLATE
La funcionaria enfatizó que sus comentarios fueron un «dislate» en un contexto de entretenimiento y que está comprometida con su trabajo. La disculpa pública también involucró a su tío, Ramón Ruelas Hernández, ex regidor de Puerto Vallarta, quien se vio indirectamente afectado por la polémica.




