
Ayer me tocó vivir uno de mis peores días en una institución bancaria. Y, pues me tuve que salir las dos veces.
Al principio la chica que me atendió fue muy amable, me dio un turno para que esperara en la fila.
Pero de nada me valió que estuviera en la sala de espera formado, tratando de esperar que llegara mi turno.
Pero, como ya me estaba comiendo el tiempo para mi siguiente cita, me dije a mi mismo: “al ratito regreso”.
Ya marcaban las dos de la tarde y regresé pensando que ya estaba más desahogado.
Pero, cual fue mi sorpresa que me dijo el ejecutivo que así se ponía Banamex todos los lunes.
Chin, me dije a mi mismo. Y otra vez venía recortado de tiempo y me estaba apresurando para que avanzara un poco más la fila, cuando de pronto se incorporó uno de los ejecutivos de cuenta y nos dijo que tendríamos que esperar un poco más, porque no servía la pantalla que nos indicaba el siguiente turno.
Y me volví a decir a “mi mismo”, que tendría que retirarme por segunda vez de Banamex, del banco que presume “aquí, para ti siempre”, entiendo que es solo un eslogan y que los trabajadores son eso, finalmente y que no pueden hacer nada por resolver.
Hoy en día, ya no puedes ir a quejarte, mejor dicho, si puedes pero nada te van a resolver, porque actualmente en el banco solamente prestan el servicio de recibir dinero y entregarlo, pero nada más. Los bancos se han vuelto, todos, en entes impersonales. Todo quieren resolverlo a través de una máquina o de una voz que está del otro lado del teléfono, si bien te va en la Ciudad de México, y parale de contar.
Al final me salí de la fila, me fui hacer lo que tenía como pendiente y regresé a las 20 para las cuatro. No había ya tantas personas como en las dos primeras veces que acudí al banco, pero aún así había gente esperando su turno.
Esa fue mi experiencia en Banamex, y no se si también sea así en Bancomer, Banorte o en Santander, realmente lo ignoro. Para empezar hacia mucho no iba a un banco en lunes, siempre entre semana, pero bueno, les quería comentar mi experiencia en el banco, y todo por un “estado de cuenta”, no crean que iría a depositar los miles de pesos y eso fue lo que me provocó más risa, que era por un tema insignificante, claro, de mucho valor para mi.




